Algunos científicos comparan la tristeza romántica como el mismo proceso que sucede al dejar las drogas o el alcohol. Por esto, algunos organismos ofrecen consejos para superar las penas de amor, vistos desde el lado de la rehabilitación.
Son millones de canciones, cientos de películas y un sinnúmero de libros que hablan del mismo tema, la angustia de las penas de amor. Y, si no todos, existe una inmensa mayoría de personas, oyentes, espectadores o lectores que se sienten identificados con los males que acarrea una ruptura o el rechazo sentimental.
¿La razón? Para algunos investigadores se resume en el hecho de que el amor puede ser tan adictivo como las drogas o la nicotina y el alcohol, por lo que el sufriente, se convertiría en un individuo que debe pasar por el “síndrome de abstinencia” y todo lo que eso conlleva, antes de superar su pena del corazón.
“Nadie sale vivo del amor”, aseguró hace dos años la antropóloga Helen Fisher, de la Rutgers University. Tras liderar un estudio que reunió a varias personas que habían terminado sus relaciones recientemente -y ver cómo sus áreas cerebrales relacionadas con la cocaína y la nicotina se estimulaban, cuando les mostraban imágenes de sus ex parejas-, la investigadora concluyó que “el amor romántico es una adicción”.
Asimismo, no dudó en explicar que su descubrimiento podría ayudar a superar los males de amor, enfocándose hacia éstos, como si fueran adicciones. De este modo, si alguien quiere olvidar una persona, debiera cortar todo tipo de relación y comunicación con ésta, evitando a toda costa mails o llamadas, tal como una persona que dejó de fumar debe luchar por no hacerlo, o el alcohólico rehabilitado no puede tomar ni siquiera un sorbo de trago.
“La adicción al amor es una adicción psicológica”, aseguran en el Instituto de Salud Sexual de Los Ángeles (EE.UU.). Y las características de quien lo padece se basan en el miedo al rechazo y a las experiencias desconocidas en la incapacidad de creer en sus habilidades o en el derecho que tiene como ser humano de ser amado.
Además, es obsesivo, evita los cambios, es sumiso pero a la vez manipulador, y exige la entera dedicación de la persona que ama. Como se explica, la adicción al amor suele tener a una persona esperando que su mundo entero gire en torno a otra, descuidando su desarrollo personal, por esperar que ella y su pareja sean siempre uno solo.
“La necesidad desesperada por seguridad, lleva a una manipulación emocional. Los adictos al amor suelen pensar que haciendo cosas por sus parejas, asegurarán su amor”, explican en el instituto, y entregan una serie de situaciones que se pueden evaluar para ver si efectivamente se está cerca de ser un adicto/a al amor:
-Eres muy necesitado cuando se trata de relaciones.
-Te enamoras de forma fácil y rápida.
-Cuando te enamoras, no dejas de fantasear, aunque estés haciendo cosas realmente importantes.
-Cuando te sientes solo/a eres capaz de bajar tus estándares y conformarte con menos de lo que crees que te mereces, con tal de tener compañía.
-Sueles sofocar a tus parejas.
-Varias veces te involucras con gente que no quiere comprometerse, con la esperanza de que van a cambiar.
-Si te gusta alguien, sueles no prestarle atención a las señales que indican que esa persona no es buena para ti.
“Todos hacemos locuras por amor; a veces nos humillamos o degradamos. Pero la adicción al amor es un patrón de conducta de meterse en relaciones que no son sanas”, concluyen.
Por su parte, Fisher dio una luz de esperanza a quienes padecen este mal, asegurando que es que es cierto que el tiempo sirve para curar las penas de amor. En su estudio, pudo comprobar cómo a medida que más días pasaban del quiebre de la relación, las áreas cerebrales que vio estimularse, y que se relacionaban con las adicciones, mostraron menos actividad.
Los doce pasos del adicto
Tomar conciencia de que el amor puede ser una adicción, dice Susan Peabody, ayuda a quienes la padecen a sentir menos vergüenza por sufrir la angustia post quiebre, porque su condición se legitima como enfermedad mental.
Peabody, autora del libro “Addiction to love”, fundó el Love Addicts Anonymous (LAA), un organismo que pretende ofrecer un espacio a los adictos al amor.
Incluso, y tal como lo hacen otros grupos de apoyo a drogadictos y alcohólicos, entregan sus “Doce pasos” para ayudarse a controlar los impulsos y también comparten lo que llaman sus “Doce promesas”, enfocadas a dar ánimo al adicto que está tratando de superar su “abstinencia” de amor. Estas son:
1.- Tengo una nueva sensación de libertad, porque dejo atrás el pasado.
2.- Tengo fe y confío en mis futuras relaciones.
3.- Me puedo sentir atraído por alguien sin enamorarme en una sola noche y puedo enamorarme, sin llegar a ser obsesivo/a.
4.- Si el amor me llega a abrumar, no lo demostraré con actitudes adictivas.
5.- Puedo identificar las diferencias entre fantasías y realidad.
6.- No tengo que controlar a la gente que amo ni dejar que ellos me controlen a mí.
7.- Experimento mis relaciones de forma individual, una a la vez, y no me involucro con personas que no están disponibles.
8.- Si mis necesidades básicas no son satisfechas, puedo terminar mi relación.
9.- No hago por los demás lo que deberían hacer por ellos mismos.
10.- Puedo dejar a cualquier persona que abusa de mí, verbal o psicológicamente.
11.- Me amo tanto como amo al resto.
12.- Busco en mi poder superior la fuerza, guía y voluntad para cambiar.
Fuente: Emol
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