Regalos, salidas, besos, abrazos y sobre todo, promesas
cargadas de buenas intenciones: las reconciliaciones suelen ser muy románticas
en los primeros días y todo parece marchar sobre ruedas.
Pero con el tiempo, los
problemas tienden a volver. ¿Cómo hacer para que la segunda oportunidad
funcione?
Ni romántico ni fácil
¿Estás pensando en tomarte una
revancha con tu pareja? Pues es hora de que pongas los pies sobre la tierra y
sepas a qué atenerte: hay reglas de oro que debes respetar si quieres que la
cosa tenga esperanza de supervivencia. La número uno, dicen los expertos es
saber que la gente no cambia de personalidad, aunque sí puede modificar algunas
actitudes.
Si lo que te molestaba de él era su desorden, ten en cuenta que intentará
ordenar un poquito más, pero seguirá siendo caótico. Si lo que te perturba de
ella es que te vigila y no entiende tus aficiones, ten en mente que hará lo
imposible por no poner mala cara cuando te vas con tus amigos, pero que seguirá
estando disconforme. Si es un mujeriego, es posible que se contenga por ti, pero
seguirá siendo muy afecto a las chicas.
"Las parejas que vuelven pasan un período de luna de miel, en el que ponen lo mejor de sí mismos. Pero, aunque ambos hagan lo imposible por cambiar, los problemas de antes no se esfumarán", dice la doctora Wendy Allen, experta en matrimonio y terapista de pareja.
Un error frecuente, dice Allen, es creer que el otro tiene que ser un alma gemela, un espejo en el que mirarse. Pero para reconciliarse, primero hay que saber que el otro es distinto, y que, con sus virtudes y defectos, es otra persona cuyas diferencias debemos respetar. "Aunque los temas románticos hablen de almas gemelas, tal cosa no existe", señala la doctora. "Las segundas oportunidades son exitosas cuando nos animamos a vivir como personas independientes".
Así que ya sabes: la regla número uno es sé realista. Si vuelves, ten en cuenta que regresas con la misma persona, con esa que te hartó porque sale siempre con sus amigotes o que tuvo un pequeño desliz que te rompió el alma. Perdonar es aceptar.
"Las parejas que vuelven pasan un período de luna de miel, en el que ponen lo mejor de sí mismos. Pero, aunque ambos hagan lo imposible por cambiar, los problemas de antes no se esfumarán", dice la doctora Wendy Allen, experta en matrimonio y terapista de pareja.
Un error frecuente, dice Allen, es creer que el otro tiene que ser un alma gemela, un espejo en el que mirarse. Pero para reconciliarse, primero hay que saber que el otro es distinto, y que, con sus virtudes y defectos, es otra persona cuyas diferencias debemos respetar. "Aunque los temas románticos hablen de almas gemelas, tal cosa no existe", señala la doctora. "Las segundas oportunidades son exitosas cuando nos animamos a vivir como personas independientes".
Así que ya sabes: la regla número uno es sé realista. Si vuelves, ten en cuenta que regresas con la misma persona, con esa que te hartó porque sale siempre con sus amigotes o que tuvo un pequeño desliz que te rompió el alma. Perdonar es aceptar.
Laura
Bravo, Univision Online
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