No tienes apetito, no puedes dormir, no tienes ganas de hacer nada, ni siquiera aquellas cosas con las que antes disfrutabas. Tienes un sentimiento de incertidumbre y desesperanza, todo lo cual está influyendo negativamente en cómo te relacionas con los demás.
Si tu comportamiento calza con la descripción anterior, es posible que estés pasando por un cuadro depresivo, condición que -como es sabido- aumenta con la llegada de la primavera. "La depresión primaveral es un factor más común de lo que se cree.
Padecer síntomas depresivos es normalmente vivido de modo amenazante, de tal forma que el sentirse deprimido es un factor estresante para el individuo", sostiene Adolfo Villalón, psicólogo de Psicokine.
El especialista agrega que como la primavera es una estación del año en el que se potencia la vida social, el estado de ánimo de las personas que padecen depresión y no lo saben se resiente aún más al intentar compartir con otros y realizar su vida de forma "normal".
"La depresión primaveral puede ser una respuesta a situaciones agudas o crónicas de estrés, pero en sí misma es una situación estresante al igual que sucede con otros trastornos mentales o físicos", dice Villalón.
Según cifras de la OMS, los trastornos depresivos unipolares afectan hoy a 350 millones de personas en el mundo. En el caso de Chile, se trata de una enfermedad de gran incidencia y progreso, al punto de estimarse que -a partir de los datos de población actual- cerca de 2 millones de chilenos la sufrirán durante su vida.
A juicio del psiquiatra Raúl Riquelme, director médico de Neuromagnetics, el aumento progresivo de los casos de depresión en nuestro país está relacionado con que los chilenos están "pagando" el costo de un desarrollo carente de infraestructura social, traducido en altísimos niveles de exigencia.
Pero, ¿cómo puedes saber si estás pasando por una depresión y debes buscar ayuda? La Sociedad Chilena de Salud Mental dispone de un cuestionario que sirve de guía y que puedes aplicarte tú mismo, o hacérselo a un cercano que notas que está deprimido. Es fundamental que las respuestas sean sinceras y claras, y tomen en cuenta lo ocurrido en los últimos seis meses. Las alternativas para todas las preguntas son "no", "algunas veces", "casi siempre" y "siempre".
1.- Tiene falta de interés en hacer las cosas.
2.- Se siente desanimado(a), sin esperanza o triste.
3.- Siente baja autoestima, o fracaso o decepción con usted mismo (a) o que ha decepcionado a su familia.
4.- Tiene sensaciones de culpa que lo agobian durante el día.
5.- Ha pensado hacerse daño o quitarse la vida.
6.- Tiene dificultad para iniciar el sueño.
7.- Se despierta durante el sueño y tiene dificultad para volver a
conciliarlo.
8.- Se despierta en la madrugada y no puede conciliar el sueño nuevamente.
9.- Tiene ideas y sentimientos de incapacidad o debilidad relacionadas con su actividad, trabajo o aficiones.
10.- Tiene dificultad para concentrarse en cosas tales como leer el diario o ver televisión.
11.- Se ha notado más lento en hablar o caminar, en forma notoria, en el último tiempo.
12.- Está tan agitado(a) e inquieto(a) que se mueve mucho más de lo acostumbrado.
13.- Siente una opresión en el pecho o en la boca del estómago cuando se enfrenta a situaciones que lo afectan o sin motivo.
14.- Tiene poco apetito y/o ha perdido peso en forma importante.
15.- Come en exceso para tranquilizarse.
16.- Se siente cansado(a) o con poca energía y fatiga.
17.- Ha notado falta de interés sexual y/o trastornos menstruales.
18.- Ha sentido preocupación por tener enfermedades o síntomas físicos que anuncien una enfermedad grave.
19.- En algunas horas del día, siente que su angustia, fatiga y/o cansancio son más severos.
20.- Se ha sentido desconfiado(a) o temeroso(a) frente a situaciones que lo puedan perjudicar.
21.- Necesita realizar frecuentemente actividades repetitivas, como: lavarse las manos, revisar cerraduras, la llave del gas, asear, etc.
Según señala el cuestionario, si más de cinco de estas preguntas se contestan afirmativamente en el rango "casi siempre" y/o "siempre", "sería útil que se dirija al servicio de salud público más cercano, de acuerdo a sus posibilidades".
Tratamiento
Adolfo Villalón sostiene que en la actualidad existen estrategias "variadas y heterogéneas" para tratar la depresión, que podrían dividirse en actividades sociales, de autocuidado y generales.
"Lo más común dentro de las estrategias para afrontar un cuadro depresivo, es salir y realizar actividades sociales, la distracción intencional -es decir, hacer algo con el propósito de sentirse mejor- y la reevaluación de la situación", explica, y agrega que buscar actividades recreativas del agrado del paciente y expresar sus emociones a un familiar o profesional, puede aliviar y ayudarlo a manejar de mejor forma su estado de ánimo.
Respecto a los tratamientos con fármacos, Raúl Riquelme indica que un alto porcentaje de pacientes registra resistencia a ellos y en esos casos se puede recurrir a terapias complementarias como la neuroestimulación magnética profunda. "Es efectiva, no invasiva, indolora, ambulatoria y sin efectos secundarios", destaca el psiquiatra.
¿En qué consiste? El paciente se pone un casco sobre su cuero cabelludo, el cual envía pulsos magnéticos cortos que activan las estructuras profundas del cerebro. Cada sesión tiene una duración de 20 minutos, y para realizarla no se requiere hospitalización ni anestesia.
Según el médico, esta terapia cuenta con un sólido respaldo científico y clínico, y no sólo sirve para tratar la depresión, sino que también enfermedades como Parkinson, Alzheimer, esquizofrenia y dolores crónicos, entre otros.
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