Nadie desea enamorarse para que después la persona amada se vaya con otra o
para que deje de retribuir ese amor. Nadie se casa esperando que el matrimonio
dure un tiempo solamente para luego separarse.
Pero estas situaciones ocurren a
menudo en la vida. Por motivos que podemos justificar o no, la otra persona
puede dejar de querernos.
Si se han compartido muchos momentos de felicidad, la pérdida de la persona
amada es devastadora.
Muchas personas intentan a cualquier precio recuperar a la persona amada.
Esto puede conducir a humillaciones y a menoscabo de sí mismo. Este tipo de
comportamiento no sólo consigue recuperar a la persona, sino que muy por el
contrario, la aleja más todavía. Es posible que vuelva temporalmente, pero casi
con toda seguridad volverá a irse después de provocar más sufrimiento todavía.
Para que una relación sea madura, estable y constructiva, ambos deben desear
libremente tenerla.
Ante situaciones de alejamiento o separación hay solamente dos alternativas.
Seguir humillándose o tratar de rehacer la vida.
La mayor felicidad está en tener a alguien a quien amar, antes que ser amado.
Como ambos sucesos de dan simultáneamente, hay confusión en esto. Se piensa:
“soy feliz porque el/ella me quiere”. Pero en realidad, debería decir: “soy
feliz porque tengo a quien amar”. Darse cuenta de esto es un paso para la
sanación. Es posible que sea difícil que alguien me quiera, pero hay en el mundo
más de seis mil millones de personas que necesitan que las amen.
Así pues, es conveniente buscar actividades en las cuales puedas volcar tu
amor hacia la comunidad, hacia otras personas. Seguramente tienes cualidades,
talentos y dones que puedes compartir con los demás, llevándoles felicidad y
atención. El trabajo remunerado te dará de comer, pero el servicio altruista
sana y alimenta tu espíritu.
Después de haber hecho un esfuerzo razonable por recuperar a la persona que
amas, vuelca tu esfuerzo en tener amigos y amigas, sin buscar futuras parejas,
sino que simplemente por cultivar la amistad. Procura interesarte en los demás
sinceramente y busca actividades a compartir.
Cualquier día puede suceder que una de esas personas amigas se va
transformando en tu nueva compañía en la vida. Cualquier día comenzarás a amar
nuevamente y te darás cuenta que allí está la felicidad, que puedes ser más
feliz que antes incluso, porque ahora hay más experiencia y madurez.
Nunca podrás olvidar a alguien, porque todo queda registrado en el fondo de
tu mente. Recuerda a las personas que no están contigo en los momentos
agradables que compartieron, no las culpes ni las reproches, ya que esto no te
sirve para nada. No rehuyas el recuerdo de aquella persona, porque mientras más
tratas de olvidarla, más se hace presente en tu mente. Si te encuentras con esa
persona, enfréntala de manera natural, sin reproches ni exigencias. Si aquél
restaurante te la recuerda, no huyas de él, sino que lleva a tus nuevas
amistades a compartir allí mismo. Así el restaurante quedará asociado a otras
personas. Hazlo así con todos los lugares que compartían.
Todas, todas las personas a quienes las dejó una persona amada, con el tiempo
conocen a otra y vuelven a ser más felices. Esto sucede porque vuelven a amar.
Esto sucederá contigo y mientras más pronto te liberes de culpas, remordimientos
y miedos, más rápido sucederá contigo.
Después de este proceso liberador encontrarás un nuevo amor. Y a veces, en
algunos pocos casos, te reencontrarás con tu amor anterior. Si ambos tuvieron un
proceso de madurez, es posible rehacer una relación bajo nuevos términos. Pero
si no sucede, bien también, porque tú habrás madurado y evolucionado encontrando
otros amores en tu vida.
-Desconozco el autor
-Desconozco el autor
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