Los puntos del placer femenino

Zonas G, A, K y U

¿Son necesarios para el disfrute de la pareja?

Cada vez se descubren más. Muchos años fue sólo el G, ahora existen el A, K y U! Los especialistas en Sexología nos hacen reflexionar hasta qué punto nos garantizan un encuentro íntimo inolvidable…
“La mujer debe expresar a su pareja cómo se siente ante las diferentes técnicas utilizadas y animarse a más. La experimentación será la clave del éxito.
“Resulta sumamente interesante observar e interpretar el intenso trabajo de investigación que ha ocupado a los científicos en la búsqueda de puntos que propicien la excitación femenina. Décadas enteras intentando informar de por dónde pasa el placer. Pareciera, incluso, que debiera agradecerse tanto interés por enseñar los caminos de la satisfacción sexual” afirma la sexóloga Adriana Arias cuando le consultamos sobre los distintos puntos erógenos. Por que los famosos puntos se han multiplicado. Hasta hace poco tiempo el único punto que conocíamos era el G, ahora también están el A, K y U. ¿Dónde están? ¿Cómo encontrarlos? A continuación los describimos.

Poniendo los puntos

EL PUNTO G

Aunque representa una alternativa más para gozar de la expresión sexual sólo el 54% de las mujeres lo disfruta dado que no es el centro principal de placer erótico femenino.
  • El punto de Gräfenberg (punto G) fue descubierto por el médico alemán Ernest Gräfenberg en 1950.
  • Se trata de una zona sensible que se percibe a través de la pared de la vagina más próxima al pubis, a medio camino entre el hueso púbico y el cuello del útero.
  • Sería un área con mayor sensibilidad erógena y que este médico relacioaba con la eyaculación femenina (un líquido que no es orina ni contiene espermatozoides). Al excitarse, algunas mujeres, en el momento del orgasmo expulsarían este líquido.
Cómo encontrarlo…
  • Recuéstese sobre la cama con algunas almohadas bajo la pelvis de manera tal que la entrada de la vagina quede elevada (similar a la posición ginecológica).
  • Luego, su compañero deberá lubricar sus dedos y su vagina y buscar una zona más rugosa ubicada en la cara anterior de la vagina (está adelante, a las “menos diez del reloj”).
  • Una vez que la encuentre, deberá tocarlo de forma suave.
  • Su compañero tendrá que mover el dedo de derecha a izquierda y hacia atrás o en círculos, o sea, pasar por el punto G sin apretar ni concentrarse en él directamente.
EL PUNTO A

El 95% de las mujeres que lo descubrió admite haber logrado orgasmos mucho más intensos.
  • Fue descubierto por un médico malayo, el sexólogo Chua Chee Ann.
  • También llamado AFE  (Anterior Fornix Erogenous) se encuentra a la misma altura que el punto G, a unos 2 ó 3 centímetros hacia el interior, pero en la pared de la vagina posterior, la más cercana al coxis.
Cómo encontrarlo
  • En este caso las posiciones que favorecen su estimulación son: la mujer boca abajo y el varón detrás, la mujer sentada en el borde de la cama y él arrodillado delante, o la mujer en posición de “cuatro patas”.
  • También se puede llevar a cabo intentando introducir los dedos en forma de C. Al igual que se puede hacer con las manos, es posible realizarlo también con el pene, y llegar a orgasmos mediante este método.
EL PUNTO U

Al corresponder a una pequeña área necesita ser estimulada con una firme presión. El acto sexual no es la forma más  segura de estimularlo.
  • De aparición reciente, se llama U porque se ubica en la uretra (localizado entre el clítoris y el comienzo de la vagina). Si bien pareciera más abarcable en cuanto a su cercanía el problema es que necesita ser complementado con la estimulación del clítoris, los puntos G y A además de la penetración.
Cómo encontrarlo
  • Requiere firme presión y lo ideal es cuando la mujer está encima del hombre y ella se inclina hacia delante. Otra técnica favorecedora es cuando el hombre frota su pelvis contra el área clitorídea de la mujer o bien cuando ella permanece sentada atrapándolo con sus piernas mientras él se encuentra de frente de rodillas.
  • Para experimentar el placer con la técnica oral, su pareja puede acercarse suavemente o ser más directo.
  • Con los labios menores separados, puede pasar la lengua suavemente por el área uretral o –para un estímulo más directo- usar el mentón para frotar el área.
EL PUNTO K

Por lo general, las mujeres no lo saben utilizar debido a que el peso y la postura del útero comprimen las paredes vaginales a la altura del cuello uterino, creando una especie de barrera que anula cualquier sensación.
  • Fue descubierto en el año 1998 por la sexóloga americana Bárbara Keesling.
  • Se ubica en la zona final de la vagina casi llegando al cuello del útero y es tan inaccesible que se lo llama “el paisaje misterioso”.
  • Su estimulación puede producir orgasmos muy intensos. Una forma de hacerlo es mediante la ejercitación del PC o músculo pubococcígeo que permite darle tonicidad al perineo y al mismo tiempo eleva el útero.
Cómo encontrarlo
  •     Para detectar el PC es simple, cuando la mujer está orinando, debe   interrumpir el flujo de orina. Pues el músculo que puso en juego (entre otros) es el PC. De ese modo podrá reconocerlo y ejercitarlo.
  • La contracción voluntaria en series de ejercicios, como cualquier otro ejercicio, debería incorporarse a la rutina diaria. Estos ejercicios se llaman Kegel.
  • Usted puede ejercitar (hombre o mujer) el PC en todo momento, mientras está sentado, cuando viaja en auto, etc. Tan sólo 25 contracciones constituyen una serie y luego de un decanso puede repetirlas varias veces en el día
Mas allá de estas descripciones que pueden ayudar a encontrar estos puntos de placer y favorecer el encuentro íntimo, la pregunta es si realmente son indispensables para disfrutar en pareja.
Probablemente sean un recurso más para jugar y gozar, sin embargo, advierten los especialistas, si no los encontramos, también se puede ser feliz sexualmente y disfrutar a pleno del erotismo.
LA OPINION DE LA ESPECIALISTA
Lic Adriana Arias, psicóloga y sexóloga
¿Son esenciales para el placer?
  • Por empezar, la pretensión de hacer del placer femenino un hecho técnico (básicamente) redunda contra el perfil erótico de las mujeres.
  • Pareciera que esta sociedad -aún patriarcal- nos quiere convertir en una suma de zonas erógenas, en un conglomerado de sedes anatómicas, mecánicas y puntuales.
  • La logística de una sexualidad basada en una suma de lugares preestablecidos y supuestamente fantásticos nos aleja aún más de la auténtica particularidad femenina a la hora del sexo.
  • Lo más contundente es que, si bien resulta harto difícil acceder a estos puntos secretos y misteriosos, la verdadera dificultad reside en aceptar y convencernos de que lo que excita a las mujeres es el desarrollo de una erótica basada en la expansión de los sentidos, en la emocionalidad profunda que acontece en el hecho sexual, en el despliegue de las sensaciones y en la conexión energética con el cuerpo físico y emocional del varón.
  • Tan sencillo y enriquecedor: el deseo debe estar en lo sensible, el juego de la imaginación, la ampliación de la sexualidad (habitualmente reducida a la genitalidad), el rito, la metáfora.
  • Proponemos una forma de elevación de la sexualidad al territorio del espíritu y la dignidad del sujeto y la pareja.
  • ¿Qué tal si asumimos el desafío de encontrarnos en este “punto”?
LA OPINION DE LA ESPECIALISTA
Doctora Beatriz Literat, ginecóloga y sexóloga clínica.
  • ¿Por qué se le da tanta importancia al punto G?
Qué buena pregunta. Una de las cosas que siempre han llamado la atención, es la poca sensibilidad que existe dentro de la cavidad vaginal, con excepción del tercio externo o inferior. Los orgasmos se deben generalmente al estímulo clitoriano, del resto de los genitales externos y fundamentalmente del cerebro femenino. La aparición de una zona más inervada, con mayor sensibilidad en la vagina induce a la idea de que la estimulación específica en esa zona aumentará el placer sexual.
  • ¿Y esto entonces no justificaría esta especie de obsesión que existe por punto G?
No realmente, el concepto de placer sexual tiene tantas variantes y la sexualidad misma tantos recursos que no podemos decirle a las mujeres y a sus parejas que, porque no lo encuentran en sus cuerpos tendrán una sexualidad menos placentera que otras. Esto me parece inducir a un nuevo mito de este siglo y todavía no hemos podido deshacernos de los de siglos anteriores.
¿Hay que preocuparse por saber si se tiene o no el punto G?
Yo les diría que el placer sexual se logra cuando se sienten receptivas y bien consigo mismas, cuando pueden contar con una pareja confiable y estimulante con la que pueden compartir sentimientos que elevan a ambos, cuando disfrutan de una salud armoniosa y pueden sentir alegría por todo esto.






Fuente: Revista Buena Salud

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